Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://bushramuul595924.blogvivi.com/39208552/impacto-mediático-del-cabezazo-de-zidane